Las Fases de la Luna
La Luna Nueva
Durante su vuelta alrededor de la Tierra, que dura 28 días, la luna muestra al sol siempre la misma cara, la misma que podemos admirar en todo su esplendor cuando la luna está llena. La otra cara, en cambio, permanece sumida en la noche eterna. Dicha órbita «rígida» de un satélite alrededor de otro astro es conocida por los astrónomos con el nombre de «rotación cautiva». Si la luna se encuentra (vista desde la Tierra) entre la Tierra y el sol, volverá su cara oculta hacia nosotros. Cada mes, cuando eso sucede. Resulta imposible verla, al quedar borrada por el sol; se trata de la luna nueva (en otros tiempos llamada «luna muerta»).
Conviene señalar que nuestro satélite, durante la fase de luna nueva, permanece de dos a tres días ante el mismo fondo estelar, lo cual quiere decir que se encuentra en el mismo signo zodiacal que el sol. Lo entenderemos mejor si pensamos que, desde nuestro punto de vista, durante la luna nueva el satélite se encuentra tan cerca del sol que éste, la luna y el observador quedarán casi en la misma línea. Así, en marzo la luna nueva se encuentra normalmente en la constelación de Piscis, en agosto en la de Leo, etcétera.
Es muy importante tener en cuenta esta regla a la hora de hacer cálculos para evaluar en qué signo del zodiaco se encuentra la luna en un momento dado. Recuerde que el satélite tarda entre dos y tres días en atravesar una constelación zodiacal. Por consiguiente, la luna llena que sigue a la luna nueva de marzo ha dejado atrás exactamente la mitad de la esfera zodiacal, con lo cual ha pasado ya por seis signos del zodiaco, y tardará aún unos catorce días en encontrarse en el signo de Virgo o de Libra. Ni que decir tiene que el mismo principio rige para los demás meses del año.
En estos calendarios la luna nueva viene dibujada generalmente como un diminuto disco negro o con rayitas negras. Durante esta fase reina un breve período de influencias especiales sobre los seres humanos, los animales y los vegetales; quien, por ejemplo, ayune un día entero en este período, escapará a muchas enfermedades, ya que la predisposición del cuerpo a eliminar sustancias tóxicas es máxima durante esta fase. Si uno ha decidido deshacerse de una mala costumbre o de un hábito nocivo, este momento es el más apropiado para ello. Después de una poda en este tiempo los árboles enfermos se recuperan mejor. Igualmente, la tierra empieza a respirar.
La Luna Creciente
Apenas pocas horas después de la nueva luna, girando sobre la superficie lunar de izquierda a derecha, aparece la cara orientada hacia el sol de nuestro satélite, la cual veremos en forma de un creciente finísimo. Se trata de la luna creciente, abriéndose paso a su vez con sus influencias características. La etapa que aún le queda por cubrir hasta la media luna también se conoce con el nombre de cuarto creciente o primer cuarto, mientras que los otros seis días que median entre la media luna y la luna llena reciben el nombre de segundo cuarto. La duración total de la luna creciente es de unos trece días.
Todo lo que se incorpora al cuerpo, lo que lo desarrolla y fortalece, tiene doble efecto durante estas dos semanas. Cuanto más crezca la luna, más desfavorable será el proceso de curación de heridas y el postoperatorio. La ropa, por ejemplo, no quedará tan limpia como durante la luna menguante aunque se utilice la misma cantidad de detergente. Durante la luna creciente y la luna llena vienen más bebés al mundo.
La Luna Llena
Por fin ha completado la luna la mitad de su viaje alrededor de la Tierra; la cara que refleja la luz del sol se nos muestra como luna llena, el astro más resplandeciente del cielo nocturno. En esta fase el satélite se encuentra «detrás» de la Tierra con respecto al sol. En los calendarios la luna llena viene representada mediante un diminuto disco blanco.
Incluso en las pocas horas que dura la luna llena se hace notar el claro influjo que ésta ejerce sobre la Tierra y los seres humanos, animales y plantas que la habitan. Esta fuerza, producida por el cambio de sentido de los impulsos lunares al pasar la luna por la fase que media entre creciente y menguante, se siente de manera más intensa que el cambio de fuerzas que tiene lugar durante la luna nueva. En el plenilunio los sonámbulos se pasean dormidos, las heridas sangran con más persistencia; las plantas medicinales recogidas durante este período tienen más eficacia, y los árboles podados en esta fase pueden morir. En otro orden de cosas, la policía tiene que reforzar sus efectivos, ya que normalmente los actos de violencia y los accidentes aumentan; asimismo, a las comadronas se les acumula el trabajo.
La Luna Menguante
La luna prosigue lentamente su camino. Su cara oscura empieza a «abollarla» de derecha a izquierda, y los aproximadamente trece días de la fase de la luna menguante (los cuartos tercero y cuarto) comienzan.
De nuevo debemos agradecer a nuestros antepasados el descubrimiento de ciertas influencias lunares durante este período. Las operaciones tienen mayor éxito que en ninguna otra fase; casi todas las tareas domésticas parecen más fáciles de hacer, y quien coma más en cuarto menguante notará que no aumenta tanto de peso. Este es el momento propicio para trabajar en el jardín y en el campo (por ejemplo, para plantar tubérculos y raíces), si bien es mala época para ciertos trabajos (como la poda de árboles frutales).
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